“No puedo ocuparme de todo lo que quiero hacer”. Esto es cierto porque solo tienes 24 horas, tienes tiempo limitado y luego tienes fuerza limitada. ¡Pero es precisamente por eso que estamos en comunidad! Entonces, si estamos en comunidad, uno hace esto, el otro hace aquello, pero, todos juntos, ¡hacemos todo juntos! Y eso es lo que realmente tienen que decir.

Porque, por servicios, uno hace la cocina, dice: “Mira, me gustaría evangelizar y siempre estoy allí con mis zanahorias y nabos”. ¡Entonces, no es muy agradable evangelizar zanahorias y nabos! (Y Pedro explica que, al pelar las verduras con amor, ese amor “pasa a todos los demás”).

Teresita del Niño de Jesús estaba en su Carmelo. Ella lavó los pañuelos sucios, recibía un poco de agua sucia, ¡fue encantador! Se dice: “¿de qué sirve eso para las misiones?” Y, sin embargo, fue nombrada patrona de las misiones. Porque es la manera, es el amor con el que hacemos las cosas lo que cuenta. No son las cosas que hacemos, es la forma en que las hacemos con una intensidad de amor. Así que nosotros, en nuestra comunidad, eso es “Emmanuel”: Dios está con nosotros y nosotros estamos con Él. Y es por eso que hacemos servicios y, hagamos lo que hagamos, decimos: “Señor Jesús, te ofrezco esto para los muy enfermos, los torturados, para todas las personas desesperadas”. Y entonces hay una inmensidad de amor que se extiende por todo el mundo.